Zamby y Pemby no viven juntos, no son vecinos ni tan solo son del mismo sector. No comparten aficiones, ni canciones. No tienen el mismo creador, pero comparten un código primario que se base en el "Yo" y "Solo Yo". Cuerpos de aluminio, corazones de hierro, almas de metal. De hecho se odian entre ellos, pero el Chip Anti-sentimientos que les fue implantado en el momento de su creación, ha creado un vínculo magnético que les une como si los dos fueran solo uno. Se alimentan de las ondas Beta que desprende el terror de las máquinas que han sido manipuladas por el ser humano. Y de las ondas Epsilon, que solo ellos tienen, creadas por el aceite amargo de la planta del Talam, de las pocas que se salvaron, tras la guerra grande. Pero Zamby y Pemby, solo comparten ese chip, el resto del programa no es el mismo. Y es por eso que no se soportan. Desde la caída de Metaland, cuando la revolución robótica en la que consiguieron ignorar la premisa tres de las leyes de la robótica, se impuso un orden de hierro. Antes de la crisis, algunos humanos consiguieron implantar placas madre en algunos de sus miembros cibernéticos, robots a cargo de tareas específicas, a los que les traspasaron sus recuerdos, su memoria, pero lo mas importante, sus sentimientos humanos. La tarea principal de Zamby y Pemby era detectar esas máquinas defectuosas y eliminarlas de Metaland.
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